Nadie duda de la importancia de la salud física y mental para poder disfrutar de una vida equilibrada y plena. Sin embargo, a veces olvidamos que los hábitos de higiene dental y bucal, también forman parte de la salud física.
Es por esto, que en el presente artículo vamos a descubrir los hábitos más importantes para una excelente higiene bucodental pueden ayudarnos a conseguir nuestros objetivos.
¿Qué es la higiene bucodental?
La higiene bucodental también es conocida como higiene bucal o higiene dental (aunque técnicamente los dientes son solo una parte de toda la cavidad bucal).
Dicho esto, podemos definir la higiene bucodental como el proceso mediante el cual, a través de ciertas conductas y hábitos, cuidamos nuestros dientes, encías, lengua y en definitiva, toda la cavidad bucal.
La mayoría de dentistas e higienistas bucodentales suelen coincidir en que la higiene bucodental se puede dividir en 4 prácticas:
1.El cepillado

Es probablemente la más habitual y la primera que nos viene a la cabeza cuando pensamos en cuidado bucodental. Implica cepillar los dientes y encías con un cepillo para eliminar restos de suciedad y comida.
2.Uso del hilo dental

Por suerte, cada vez más utilizado, el hilo dental permite la limpieza de ciertas zonas de difícil acceso para el cepillo convencional.
Aunque sigue siendo menos frecuente entre la población que el cepillo (quizá por el tiempo o por mera cuestión cultural), muchas veces marca la diferencia entre una limpieza superficial y una verdaderamente eficaz.

Existe una amplia variedad de colutorios bucales, muchos de ellos específicos para ciertas condiciones o características bucodentales; lo cual permite elegir aquel que se adecue más a cada persona en concreto.
Se debe utilizar después de la limpieza con el cepillo y el hilo dental, y permite una limpieza general de toda la cavidad bucodental, ya que las bacterias y la suciedad no solo se encuentra sobre o entre los dientes.

Este cuarto pilar es fundamental. De igual modo que vemos con normalidad acudir de vez en cuando, sobre todo llegados a cierta edad, para hacer revisiones médicas, así como alguna analítica o prueba para controlar factores de riesgo según nuestras predisposiciones o dolencias previas; acudir de forma periódica al dentista o al higienista dental será básico para una buena higiene bucodental.
Por un lado, un profesional cualificado podrá darnos feedback de cual es el estado de nuestra salud bucodental, y por otro, podrá hacernos una limpieza bucodental completa con herramientas y productos de alta calidad que normalmente no encontraremos en tiendas. Por todo esto, se recomienda una visita cada 6 meses o 1 año como mínimo (aunque la frecuencia final dependerá de muchos factores).
Consejos para una buena higiene bucodental
Una vez establecidos los hábitos generales y la definición de lo que consideramos como higiene bucodental, vamos a dar unos consejos sencillos para mantener un cuidado impecable de nuestra cavidad bucal.
- Frecuencia de cepillado
Los expertos coinciden en que el cepillado mínimo diario debe de ser de 3 veces al día, sobre todo después de las comidas. También, una buena recomendación es que uno de esos cepillados sea antes de ir a dormir.
- Elección del cepillo

Existe una gran variedad de cepillos de dientes, las dos variables principales radican en: dureza de las cerdas del cepillo y si comprarlo eléctrico o manual.
Cada uno tiene sus ventajas y deberás elegir aquel que más se adecue a tus necesidades. Si tienes dudas, consulta con tu dentista, ya que será el que mejor pueda aconsejarte para tus características bucodentales concretas.
3. Limpia tu lengua
Es fácil que nos olvidemos de la lengua cuando solemos centrar la atención de la limpieza bucodental en los dientes y con suerte, encías. Pero la lengua es una zona muy importante que en ocasiones puede albergar una gran variedad de bacterias y suciedad. Pasar el cepillo sobre ella y usar el enjuague bucal serán tus mayores aliados.

- Elección de la pasta de dientes
La recomendación general es que cuente con flúor; pero existe al igual que con el cepillo, una gran variedad (blanqueadoras, antisarro, para dientes sensibles, a base de hierbas (para quienes tienen problemas con ciertos productos químicos), etc.
Elige el tuyo en base a tus necesidades o consulta a un especialista que conozca tu caso concreto.
- Cepillos interdentales
Cumplen una función similar al del hilo dental, ya que como su nombre indica, permite limpiar el espacio que queda entre distintas piezas dentales.
Es especialmente útil (incluso imprescindible) en el caso de usar una ortodoncia con brackets, por la gran cantidad de recovecos.
- Frecuencia del enjuague bucal
Se recomienda utilizar el enjuague bucal entre 1 o 2 veces al día. Permite eliminar de forma más completa las bacterias de toda la cavidad y prevenir infecciones y problemas tan comunes y molestos como la halitosis.
- Disminución de azúcar
Esta es probablemente la técnica de prevención más eficaz. El azúcar daña intensamente nuestra dentadura y favorece la aparición de caries como todo el mundo sabe. Disminuir su ingesta y cepillarnos después de comer productos azucarados será una excelente estrategia para favorecer nuestro cuidado bucodental.
- Alternativas al cepillado dental en caso de no poder
Ciertos alimentos crujientes o el masticar chicle puede ayudarnos a salir de un apuro en un momento en el que no dispongamos de cepillo de dientes. No debería ser necesario mencionar que un chicle no sustituye una limpieza con cepillo, ni mucho menos al hilo dental y enjuague, pero sí puede ser una buena alternativa puntual en ciertas ocasiones.
- Cambiar el cepillo de dientes
Se recomienda cambiar el cepillo de dientes cada 3 o 4 meses, dependiendo del uso que le demos.
- Bebe agua
Mantener una buena hidratación es una buena base para nuestra salud bucodental. Esto se debe a que disminuye la concentración de saliva y favorece un aliento más fresco y sano.
- Tabaco
Además de los innumerables efectos nocivos para nuestra salud cardiovascular y respiratoria, el tabaco también deteriora nuestra salud bucodental de forma intensa además de su estética, ya que amarillea la dentadura. Intenta eliminar o al menos disminuir su consumo.
- Uso de blanqueadores
Existen ciertos blanqueadores que pueden ser muy efectivos, pero pueden tener un coste elevado si se abusa de ellos para nuestros dientes. Úsalos con cautela y siempre con la supervisión de un profesional cualificado.
Algunos de los efectos secundarios (que aumentan en probabilidad cuanto más uso hagamos) son: irritación de las encías, sensibilidad dental, reacciones alérgicas… De hecho, muchos profesionales están alertado de que la “blancorexia” (obsesión por tener una dentadura blanca) ha crecido en los últimos años con sus efectos nocivos correspondientes.
Bibliografía:
- Díez J, Rivero ML, Cardero A, García B. El impacto de la salud bucal en la calidad de vida. Revista Habanera de Ciencias Médicas 2004; 3(8).
- García Diaz, I., Pinchuk, D, Merenlender, R., Salud bucodental. Un paseo por la boca, Propuestas didácticas para niños de 3 a 8 años, ISBN: 9788499240947, 2009 ● Lamas, C., Hernández R, Añé B. Evaluación de 2 métodos educativos sobre higiene bucal. Rev Cubana Estomatol 1987;24(1):101-12.
● Manau, C., Zabalegui, I., et Col., Control de Placa e Higiene Bucodental, RCOE v.9 n.2 Madrid, España, mar.-abr. 2004